Atendiendo al calendario establecido por el Gobierno para el inicio de actividades no laborables al aire libre (esta semana ya se puede salir a la calle 1 hora con los niños y en breve se podrá realizar ejercicio), sería conveniente recordar ciertas actitudes en el cuidado de nuestra piel.

En primer lugar, se plantea obviamente el recurrente dilema sobre la exposición/protección solar. En este caso, dado la menor relación con el sol y aun a riesgo de ir en contra de recomendaciones habituales, propugno una exposición controlada. Teniendo en cuenta la tonalidad de piel o fototipo de cada uno, intentar salir antes de las 11 de la mañana o después de las 5 de la tarde sin el eventual empleo de fotoprotectores y siempre que el índice de radiación ultravioleta ( índice UV) sea menor de 4. En cualquier otro horario y si el índice UV es superior a 4 convendría el uso de los mismos, incluso en pieles “morenas” (fototipo III/IV).

Asimismo, hay que tener en cuenta que existen cremas protectoras solares específicas para la actividad deportiva, que impiden que se afecten los ojos por el chorreo de la crema con el sudor. Deben aplicarse con la misma antelación que cualquier otra crema de protección solar, es decir, media hora antes del ejercicio.

Otro aspecto a recalcar es que la piel probablemente no haya estado expuesta tan frecuentemente a ciertos factores ambientales (cambios de temperatura, polución, alérgenos…), lo cual, tras una brusca reexposición a los mismos, puede favorecer la aparición o exacerbación de múltiples dermatosis, sobre todo faciales. Una correcta higiene (jabones neutros específicos, aguas micelares) e hidratación según las características de la piel de la cara (acneica, seborreica, reactiva, atópica…) puede ayudar a prevenirlas.

Por último, hacer hincapié en las medidas higiénicas en el resto del cuerpo (véase blog “cuidados de la piel en época de crisis”), que podrían verse restringidas, ahora que para su realización se dispondría de menos tiempo.

Así pues, se irían perfilando estos consejos rutinarios que, quizá, dado lo extraordinario del momento actual, se podrían haber descuidado y que serían una prueba más del retorno a la ansiada normalidad.