Tal y como adelantamos en anteriores blogs hace unas semanas, se han reportado diversas manifestaciones asociadas al COVID 19 (así llamado por la OMS), omnipresente de una manera u otra en nuestra vida cotidiana.

Por aquel entonces (apenas hace 1 mes), se empezaba a comentar la aparición de una erupción generalizada o rash similar a la que se observa en la mononucleosis infecciosa en unos pocos pacientes aquejados del coronavirus. La descomunal dimensión de contagios acaecidos en estos últimos tiempos junto con el innegable interés y coordinación de numerosísimos dermatólogos a lo largo y ancho de nuestra geografía -y fuera de ella-, ha propiciado que se hayan descubierto en la piel muchos más signos asociados al COVID.

Aun sabiendo la prudencia que precisa la correcta interpretación de todo lo que se está aportando con tanta celeridad, hay ciertos puntos a tener muy en cuenta. Así, el estado de procoagulabilidad inherente al cuadro, favorece la aparición de lesiones “tipo sabañón” (acroisquemia en términos médicos), que suelen ser indoloras y que, al parecer, se dan más en niños y adolescentes. Por consiguiente, bajo una correcta valoración del profesional, podrían sugerir la detección de portadores asintomáticos, punto crucial en el manejo de la actual pandemia.

Otras formas clínicas cutáneas informadas son: urticaria (habones de aparición y desaparición intercurrente en el transcurso de horas), livedo reticular (piel fría enrojecida en forma de red en piernas parecida a “les cabrases” ligadas al uso frecuente de braseros), petequias (“pequeños morados”), erupciones similares a varicela, sarampión, reacción a medicamentos… Insistir en que todas ellas requieren de una correcta integración con otras formas clínicas no cutáneas junto con una detallada historia clínica gestionada por un médico.

En resumen, la dermatología puede complementar y ayudar al despistaje de nuevos casos de COVID 19, en un momento en que se empieza a vislumbrar una estabilidad o incluso una menor agresividad de la pandemia, si bien el futuro sigue siendo bastante incierto.